Con el Día de la Candelaria ya tan cerca, mucho se habla de los ansiados tamales, pero poco de su fiel compañero. Acompañamos a descubrir juntos la complejidad detrás del atole
✍️: Sebastián Ríos Castro
A punto de cumplir un mes desde la tradicional partida de rosca de reyes, llega la hora de saldar cuentas. Los afortunados padrinos que encontraron al niño Dios dentro de su pedazo de rosca, tienen que invitar este 2 de febrero – durante el Día de la Candelaria– los tan esperados tamales, sin olvidarse del atole, el compañero por excelencia de este platillo. Una bebida que ha sabido persistir a lo largo de la historia y que es un reflejo de nuestra rica cultura.
Acompáñanos a conocer más acerca de esta ancestral bebida, que de seguro va a mantener caliente a más de uno, durante este Día de la Candelaria.
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El atole es una bebida de origen prehispánico, su nombre viene del náhuatl atolli que significa “aguado” o “bebida de maíz”, se sirve generalmente caliente y cuenta una consistencia espesa.
Originalmente, el atole solo era una cocción endulzada de harina de maíz con agua, pero con el paso del tiempo se fue complementando con distintas especias aromáticas como la canela, el anís y el clavo de olor, al igual que con otros ingredientes – y pensando específicamente en el champurrado– con chocolate, enriqueciendo su sabor y creando cada vez más variedades de este.
Usos del atole
Al igual que la gran variedad de sabores que existen del atole, esta bebida ha cumplido con distintos usos, desde medicinales hasta ceremoniales, ¿te parece si los conocemos?
Medicinal: según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Local, el atole es una bebida nutritiva, gracias al proceso de nixtamalizado por el que pasa el maíz, el cuál dota a esta deliciosa bebida de antioxidantes, nutrientes y vitaminas. Los cuales pueden ayudar con la salud ósea y cardiovascular de quien lo consume. Sin embargo no por eso hay que excederse en su consumo.
Ceremonial: en la época prehispánica, el atole se usaba como ofrenda a los dioses, así como en rituales agrícolas para pedir buenas cosechas. Hoy en día sigue presente en festividades, principalmente religiosas como fiestas patronales y mayordomías.
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Alimenticio: en varios estados de México, el atole ha servido como fuente principal de energía para enfrentar a largas jornadas de trabajo, especialmente en el campo, debido a su alto contenido de carbohidratos y nutrientes. Al final de cuentas hay que recordar que está formado por una generosa cantidad de masa de maíz.
2 Atoles llenos de tradición
Tras habernos adentrado dentro de la rica historia del atole – y si como a nosotros – te han dado ganas de estar tomando uno, a continuación te presentamos dos recetas no tan conocidas de esta deliciosa bebida, que de seguro te va encantar.
Atole agrio
Originario de San Juan Ixtenco, Tlaxcala galardonada con el primer lugar del concurso ¿A que sabes la patria? el 2021 -un concurso a nivel nacional que invita a cocinero y cocineras tradicionales a preparar una receta usando insumos tradicionales- y a pesar de su nombre, su sabor es único y equilibrado. Se elabora con maíz morado fermentado, lo que le da su característico toque agridulce, se sirve acompañado de ayocotes cocidos, un frijol de gran tamaño típico de la región
Ingredientes
- En un recipiente, disolver la masa de maíz morado en dos tazas de agua y dejar reposar a temperatura ambiente durante 1 o 2 días, hasta que adquiera un ligero olor agrio.
- En una olla, calentar las dos tazas de agua restantes y colocar la masa del maíz ya fermentado y colado, removiendo constantemente para evitar que se formen grumos.
- Agregar piloncillo o azúcar al gusto y la canela en rama. Cocinar a fuego medio-bajo, removiendo constantemente, hasta que espese y adquiera una textura homogénea.
- Servir junto con frijol ayocote.
Atole de semillas de cilantro
Originario del estado de Chihuahua, el atole de semilla de cilantro es una bebida tradicional que ha sido parte fundamental de la alimentación en las comunidades del estado, su sabor es suave y equilibrado, con notas herbales que realzan su carácter reconfortante.
Ingredientes
- En un comal o sartén, tostar las semillas de cilantro a fuego medio, hasta que comiencen a desprender su aroma. Luego moler finamenamnete en un molcajete.
- En un olla, calentar el agua con la canela y el piloncillo hasta que se disuelva.
- Disolver la masa en un poco de agua fría y agregar en la olla. Remover constantemente para evitar que se formen grumos.
- Agregar la semilla de cilantro ya molida y cocinar a fuego medio, hasta que espese.
Sin duda más allá que el atole se vea como el compañero ideal para los tamales en este Día de la Candelaria; esconde detrás un gran vínculo con nuestra historia, es muestra viva de nuestra riqueza gastronómica. Así que recuerda en este 2 de febrero, alzar una taza de atole caliente es más que una tradición: es una forma de honrar siglos de historia, de comunidad y de sabor.
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