La labor que Ada Coleman realizó en el mundo de la coctelería como la primera “barmaid”, reconocida a nivel mundial, sentó las bases para muchas mujeres que hoy en día se encuentran tras una barra como bartenders
El siglo XIX fue una época de transición para un mundo de cambios trascendentales, tal fue el caso de la Revolución Industrial; por otro lado, las potencias europeas se expandían y competían por su dominio en muchas regiones del mundo y trajeron consigo consecuencias devastadoras para muchos, sin embargo, fue un momento clave para la globalización, el comercio y la cultura. Y en esta vorágine de transformaciones, entre movimientos obreros y feministas, aparece Ada Coleman.
Pero antes de llegar a ella, es importante apuntar que el movimiento feminista comenzaba a ganar fuerza en ese periodo de tiempo, y las mujeres se movilizaban para reclamar derechos políticos, mejores condiciones laborales y muchos otras protestaban por las injusticias sociales. Pese a ello, a estos cambios les faltaría un poco más de tiempo para madurar y solidificarse.

En medio de todo el ajetreo global y constante, el papel de las mujeres en los bares y en la vida pública en general, se veía envuelto por restricciones sociales y culturales, pues era evidente que en este tipo de espacios predominaba la presencia del hombre y la participación de las mujeres era muy limitada e incluso mal vista, por ser asociadas a lo inmoral, pero a pesar de esta perspectiva, había contextos –como en la clase obrera– donde el papel de las mujeres era fundamental en las tabernas o los bares familiares.
Ada Coleman y su fuerza dentro de la industria
Ada Coleman, conocida por sus allegados como “Coley”, fue una de las mujeres que formó parte de esta época,convirtiéndose en una de las barmaids más famosas de la historia y la primera mujer en alcanzar gran reconocimiento en este oficio a pesar de las limitantes que le rodeaban. Cuando Ada cumplió 24 años, el empresario Rupert D’Oyly Carte, le ofreció trabajo en uno de sus hoteles después del fallecimiento de su padre, quien era mayordomo.
Para 1900, Ada pasó de trabajar en la floristería, a ser parte de equipo del bar del hotel Clarigde, propiedad de D’Oyly Carte. Esta primera experiencia, haría que forjara una carrera muy exitosa, convirtiéndose en una de las barmaids más famosas de la historia y la primera mujer en alcanzar gran reconocimiento en este arte a pesar de las limitantes que le rodeaban.
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Su vida y carrera se vieron influenciadas por la transformación de los roles de género, pero eso no impidió que en 1903 fuera contratada en el Hotel Savoy en Londres, luchando contra campañas que buscaban erradicar a las mujeres en la industria, y fue gracias a su carisma y talento que se convirtió en jefa del American Bar dentro de este hotel, brindándole una gran reputación que más tarde vería sus frutos y reconocimiento en una industria plagada de hombres.
Una de las principales características de Coley, era la forma en la que compartía con la gente su entusiasmo y amor por el oficio de la coctelería, llevándola a ser buscada por gente importante como Mark Twain, el príncipe de Gales o el famoso actor Charles Hawtrey, quien serviría de inspiración para crear uno de los cocteles más icónicos en la industria, el emblemático, hanky panky.

Sin duda, un coctel con mucha magia y travesura, pues este “martini dulce” con notas amargas que posee gracias al sabor del vermut dulce, el fernet blanco y la ginebra con un color cobrizo transparente, está envuelto en aromas como la naranja, el vino dulce y también notas herbales que se extenden por todo el paladar. ¡Un coctel complejo y equilibrado!
Desafortunadamente, los cambios políticos y administrativos de la época hicieron que Ada abandonara las barras a finales de 1925, orillándola al retiro y a ser reemplazada por Harry Craddock, quien años más tarde escribiría uno de los libros más famosos de coctelería en la actualidad: “The Savoy Cocktail Book”, donde la receta de Coley estaría incluida.

Años más tarde, Coleman fallece en 1966 a sus 91 años; definitivamente una larga y longeva vida, muestra de su trayectoria y trascendencia en el mundo de la coctelería. Actualmente, muchos proyectos le han rendido homenaje abriendo bares en su honor como el salón llamado “Ada’s Place” en Nueva York, divulgando así su vanagloriado coctel hanky panky, siendo uno de los más solicitados en el mundo.
El éxto de Coley como barmaid en el Savoy Hotel no solo desafió las normas de género de la era victoriana, sino que también contribuyó a redefinir el papel de las mujeres en la vida pública. Su legado perdura como un ejemplo de talento, perseverancia y ruptura de barreras en un momento histórico clave.