Edgardo Somohano: la buena vibra de la coctelería

Mantener un espíritu alegre, estar enfocado y contagiar entusiasmo son parte de los atributos que tiene el bartender Edgardo Somohano

📸: Cortesía

Pocas personas pueden despertar en nosotros una emoción de alegría pura o contagiarnos su entusiasmo por la vida misma desde el primer instante. Esto sucedió con Edgardo Somohano, con quien tuve el placer de platicar sobre el camino que ha recorrido para llegar hasta una etapa de paz, estabilidad y tranquilidad dentro y fuera del bar. 

Con una sonrisa eterna, Edgardo –haciendo memoria de sus inicios en un segundo– me contó que siempre ha trabajado atendiendo a la gente, ya fuera en restaurantes o hasta en una farmacia, pero continuamente en algo relacionado a la hospitalidad. Sin embargo, en Inglaterra fue cuando todo inició. 

De México a Inglaterra y de regreso

Bartender Edgardo Somohano

Siendo muy joven, Edgardo Somohano tuvo la oportunidad de viajar a Inglaterra, en donde trabajó como ayudante de cocina, pero: “me acuerdo que llevaba mi cámara y me salía de la cocina a hacerle fotos a los bartenders y veía que se la pasaban superbién y yo en la cocina encerrado, aunque la verdad me gustaba todo”.

Al regresar a México sabía que quería estudiar algo relacionado a lo que había vivido, así que entró a estudiar Administración Turística. Allí conoció sobre el vino y la coctelería; a la par, terminó un curso de bartender y comenzó a trabajar en el negocio familiar dentro de la barra. Pero como todo en esta vida, los ciclos se cierran, así que al finalizar la carrera decidió regresar a Inglaterra porque “ya estaba graduado y según yo era bartender”. La historia fue un poco distinta al llegar. 

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Edgardo ya tenía en mente el lugar en el que quería trabajar, así que llegó directo al bar de ese restaurante y empezó la aventura. “Yo ya me sentía un superbartender y pues nada, me dijeron: ‘tienes mucho que aprender pero eres buena onda, tienes buen servicio’, y me empezaron a entrenar”. Somohano tenía que llegar un par de horas antes de su turno, en ese tiempo le enseñaron cómo tomar la botella de forma correcta, cómo servir, hacer free pouring, shakear apropiadamente o hacer stir sin hacer casi nada de ruido. Así estuvo alrededor de un año. 

Con el carisma que lo caracteriza, más el entusiasmo por aprender de aquellos bartenders, logró superarse: “ellos fueron los que me iniciaron formalmente en esto”, recuerda Edgardo. Y aunque después estuvo en otros bares, fue en Gabeto en el que subió un escalón más: “fue un lugar en donde aprendí muchas cosas de muchísima gente y distintos ámbitos. Ahí tuve a una gerente superbuena, que es mi amiga ahora, ella fue la que me enseño más del área de managment, que es a donde me he dirigido últimamente”. Pero la nostalgia por la barra y la coctelería lo llevaría de regreso al bar, hasta que en 2020 llegó la pandemia. 

Un nuevo comienzo

Edgardo Somohano, bartender

Un poco resignado y sin querer regresar realmente, Edgardo Somohano y su esposa, Fabiola Peña, comenzaron de nuevo en León, Guanajuato. “Yo estaba superamargado, refunfuñando porque no quería estar en México y nos enteramos de un Speed Round que se iba a hacer en Guanajuato y Fabi me inscribió”. Fue en ese concurso en donde conoció a muchos de los amigos y compañeros de trabajo con los que convive hoy. Además, surgió su primera oportunidad como bartender en Guanajuato en un lugar llamado Condesa y allí estuvo dos años. 

A la par siguió participando en diferentes concursos, ganando Sinatra en Querétaro, La Magia del Mezcal y Duelo de Cocteles en Guanajuato, así como Mix Clan en Ciudad de México. A partir de ahí se abrieron nuevas oportunidades, entre ellas ser embajador de Pinapple Tools y ofertas laborales en otros lugares. Sin embargo, él y su esposa ya estaban establecidos en Guanajuato con una buena calidad de vida, así que decidieron continuar su vida en esta ciudad. 

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Esta decisión lo llevó a entrar al restaurante Dos Chingones, que en ese momento (hace dos años) apenas estaba iniciando. El click con uno de los socios fue instantáneo, pues él había trabajado como bartender en Nueva York y las visiones eran muy parecidas en lo laboral: “yo creo que si tu visión empata con la de quien está creándooslos todo, ¡híjole!, es un lujo. Ahorita superagradezco mi trabajo aquí”, enfatiza Edgardo Somohano, con una cara de felicidad y plenitud que no se puede fingir. 

Paz y tranquilidad

Hoy por hoy, Edgardo es el bar manager del lugar, y aunque no está al 100 % detrás de la barra, sí se encarga de los nuevos menús, de que el personal esté bien en todos los aspectos, de que se sigan preparando y puedan desarrollarse. A la par, es socio de Black Mamba, un cocktail bar hecho y derecho; forma parte de Mixólogos Maestros; cuenta con un emprendimiento de eventos; da clases en una escuela de vinos y sigue como embajador de Pinapple Tools

¿Lo mejor de todo? Es que ese entusiasmo por seguir creciendo, su buena vibra por apoyar a los demás, así como el amor y la pasión por su profesión es parte de lo que ha marcado su camino, uno que no ha transitado solo: “mi esposa y yo siempre hemos sido un team bien cañón, siempre apoyándonos”. Además, uno de los mayores aprendizajes que le ha dejado su trayectoria en el bar es el que: “tú decides el estilo de bartender que quieres y puedes ser”, una frase que lleva día a día en su vida.

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Los básicos de Edgardo Somohano 

Edgardo Somohano. Bartender

  1. 1. Ser un bartender es: ser el anfitrión de cualquier ocasión

  1. 2. Ingrediente preferido: ron e ingredientes local

  1. 3. ¿Qué coctel eres hoy? Un tiki de muchos ingredientes, porque con a coctelería de este estilo piensas en buena vibra.

  1. 4. Técnica favorita: shaker

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