En su afán de preservar la más pura tradición e historia, tequila El Tesoro apuesta por regresar a la forma artesanal de elaborar tequila
Durante sus más de 80 años de historia, tequila El Tesoro (anteriormente conocido como “El Tesoro de Don Felipe”), se ha caracterizado por la búsqueda de ese sabor “antiguo” del tequila. Es decir, examinar los sabores originales, el cómo sabía “antes” este destilado. Y por “antes” nos referimos a los períodos previos de que empezara el gran “boom” del tequila y que los procesos para su elaboración se volvieran más industriales y masivos.
Fundado por Don Felipe Camarena, uno de los grandes pioneros de la industria, y hoy en día elaborado por su hijo Carlos Camarena, quien es su maestro destilador, y su hija Jenny Camarena, quien funge como directora de operaciones de esta marca: tequila El Tesoro busca evolucionar y re-entenderse dentro de un sector cada vez más competido.
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“Nuestro gran diferenciador es que nosotros queremos distanciarnos de todas las tendencias de la industria. Queremos regresar a los orígenes, a esa forma manual y artesanal con la que mi padre fundó la marca”, platica Jenny Camarena. Y lo logran. Elaborado en la destilería La Alteña ubicada en Los Altos de Jalisco, y sitio que vio su origen, cuando se da el primer trago de su tequila blanco, se vuelve a percibir ese proceso artesanal y pausado, sin prisa, de producción pequeña.
Para exaltar sus sabores, tequila El Tesoro regresa al proceso de molienda con Tahona, lo que aviva los sabores dulces a agave crudo de un buen tequila. Se fermenta sin fórmulas de levadura, sino con levaduras naturales provenientes del cielo abierto. Asimismo, los agaves seleccionados manualmente para su jima, hablan perfectamente del grado exacto de maduración para que transmitan el sabor del terruño jalisciense. Uno de los grandes diferenciadores de tequila El Tesoro es que dejan madurar de 8 a 9 años sus agaves para encontrar su óptima madurez. Mientras que el promedio en el sector es de 5 a 6 años.
La selección de los agaves, la molienda en tahona, la fermentación con levaduras naturales y, finalmente, la cocción en hornos de mampostería y destilación en alambiques de cobre, le confieren un sabor único a las tres etiquetas de tequila El Tesoro.
- 1. El Tesoro Blanco, sin añejar, captura la esencia pura del agave. Aromas frescos de agave, miel y toques sutiles de aceituna, ofrecen una experiencia suave, auténtica y equilibrada.
- 2. El Tesoro Reposado, con un reposo de entre nueve y once meses en barricas de exbourbon, revela un ahumado sutil acompañado de toques frutales, vainilla y eneldo en su aroma.
- 3. El Tesoro Añejo, madurado de dos a tres años en esas mismas barricas, tiene una apariencia dorada, y presenta notas florales de jazmín, madera suave y agave cocido en su aroma.
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“Queremos que cada botella sea digna de una colección. Nuestro objetivo es seguir rindiendo un tributo a nuestro padre y al terruño que ve nacer los agaves con el que meticulosamente elaboramos este tequila artesanal, a la antigua, único, haciéndolo de la manera correcta, aunque no sea la manera más fácil, ni rápida”, culmina platicándonos Jenny Camarena, sobre este tequila que, sin duda, es digno de colección y de disfrute, porque una cosa es segura: sí posee ese sabor auténtico y artesanal del tequila de antes.
