El trabajo constante, la canalización de emociones transformada en creación, la preparación diaria y una gran sonrisa, son parte de la esencia del bartender Antonio Zaragoza
📸: Nizaguiee Hidalgo
Hay personas que emanan una energía hermosa, que nos comparten su buena vibra y su amor por la vida desde el primer encuentro. Así es Antonio Zaragoza, un bartender que intenta darle la mejor cara a la vida a pesar de las vicisitudes. Y aunque no todo ha sido miel sobre hojuelas, la terapia, el trabajo constante en él mismo, hacerle caso a su intuición y a la vibra de cada momento, lo ha llevado a construir una carrera sólida dentro de la industria de los bares. Esta es su historia.
Antonio Zaragoza –Toño o Toñito como le conocen– me recibió en Rayo Cocktail Bar, en donde actualmente labora. Siempre con esa sonrisa sincera y una mirada llena de alegría, comenzó a contarme que todo inició por mejorar su economía y poder pagar sus estudios de arquitectura, pues una de sus vertientes, es una de sus grandes pasiones: el interiorismo.
Si bien su camino por las barras comenzó en Querétaro, ciudad cercana a su natal San Miguel de Allende, hace aproximadamente 12 años, la realidad es que mucho ha pasado. Entre ello, ser parte de dos proyectos hoteleros –uno boutique y uno de alcance internacional–, mudarse a México y ser parte de los afamados bares Baltra, Hanky Panky, Fónico y por supuesto, Rayo.
La decisión que lo cambió todo
Mientras el corrido tumbado sonaba al fondo, Toño me va relatando que fue en Baltra cuando abrió los ojos acerca del trabajo y la complejidad que hay detrás de los destilados. Allí conoció el mezcal; la ginebra y sus botánicos; el brandy, y distintos destilados mexicanos como el pox, a través de Master Classes y de conocer expertos en dichos temas.
Con una intensa pasión en su voz me compartió: «ahí fue cuando me atrapó, porque me di cuenta de todo el conocimiento que hay en los destilados. Y yo sabía que iba a ser un largo camino, pero tuve la fortuna de trabajar con gente que siempre me compartía libros, que si yo preguntaba algo, me lo decían. Así aprendí mis bases».
Con ello, comprendió que su actual profesión va más allá de beber: es conocimiento, hospitalidad y empatía. Por lo que ya era un hecho: su camino profesional iría hacia las barras, aunque su amor por el interiorismo, la fotografía, la música y las plantas, las vertería en sus propuestas cocteleras.
Alma inspiradora
El conocimiento, la hospitalidad y la empatía son tres valores que han estado cerca de Antonio Zaragoza, pues «siempre he tenido más el tema de la ambición de conocimiento, no tanto de dinero», comenta. Además, la hospitalidad la aprendió en los negocios de comida de su mamá, cuando la ayudaba; y la empatía, es algo intrínseco en él, que día a día va reforzando.
Aunado a ello, Toño tiene dos cualidades natas: la conexión con la gente y el liderazgo. Conforme fue avanzando en su carrera, también aprendió a reconocer cuando no estaba listo para tomar un puesto, cuando necesitaba mejorar alguna técnica, cuando debía aprender algo nuevo, a pedir ayuda o a desarrollar su creatividad.
Fue así como una de sus grandes oportunidades llegó: liderar la barra de Fónico. En este espacio puso manos a la obra y toda la experiencia que ya había alcanzado la aplicó, sin dejar de ser él e intentando que todo su equipo creciera y fortaleciera sus «puntos flacos». Aparte, comenzó a unir dos áreas que muchas veces no tienen cohesión: servicio y barra.
«El compromiso en Fónico fue muy fuerte y yo no quise llegar con ese tema como los típicos jefes que empiezan a mandar. Yo quería hacerlo diferente», me cuenta Toño. Para ese punto de su vida, Antonio Zaragoza ya había competido en diversos concursos, creado distintos cocteles y menús, costeado recetas y demás cuestiones. Lo que seguía era apoyar a las nuevas generaciones, en este caso a su equipo.
«Fónico para mi fue una cuna de conocimiento y de trabajar en equipo pero también un desgaste emocional. Fueron cuatro años que siempre estarán en mi corazoncito y en los que como siempre siempre traté de buscar más el sí que el no», puntualiza Toño Zaragoza.
Reconexión
El tiempo en Fónico concluyó, pero recordemos que todos los finales en la vida dan pie a nuevos inicios. Y así fue. Este no lo encontraría muy lejos, simplemente tendría que subir el elevador para llegar a su nueva experiencia: Rayo Cocktail Bar, ¿lo inesperado? Ya no como líder, sino regresando a ser bartender.
«La decisión fue porque sentía que necesitaba algo más, y quería conectar nuevamente con un equipo, ya no dirigirlo, sino ser parte de él y Rayo me ha ayudado a empatizar de nuevo con esa parte, con la gente y con los bartenders», me confiesa emocionado y yo solo podía verlo con admiración, pues los parámetros sociales van hacia el rumbo contrario.
Durante este tiempo, llegarían dos oportunidades más: participar en The Ultimate Mixologist y ser parte del programa Mixólogos Maestros. «The Ultimate Mixologist fue el enfoque a competir, a salir de mi zona de confort, a crecer y a conocer a las personas fondo; pero Mixólogos Maestros es el tema de comunidad», me explica.
El sol de aquel día iba cayendo, al tiempo que el rayo de neón de la pared –que estaba a un lado– iba encendiéndose. Las risas durante la plática no faltaron, y tampoco la introspección –de mi parte–, pues la filosofía con la que vive Toño Zaragoza debería resonar con más personas: «Prepárate porque va a llegar algo mejor», «canaliza tus emociones en éxitos», «supérate, pero sin pasar por encima de los demás» y «cada quien tiene su tiempo, su ritmo, pero tienes que ser resistente porque hay que plantar, plantar, plantar y llegará el momento de arrancar», son frases con las que rige su vida, al igual que la lealtad y el apoyo al otro.
Hoy por hoy, Antonio Zaragoza tiene a su familia como base medular; al coctel Pet Nat como uno de los cocteles con los que desarrolló mucho su creatividad; el tema cósmico y la energía para confiar en lo que sigue y sí, «aunque siempre hay un enfoque y un objetivo, dejo que la vida me sorprenda», señala Toño Zaragoza antes de despedirse con un cálido abrazo y empezar su turno, con una felicidad y alegría palpable, en la que hoy es su casa: Rayo Cocktail Bar.
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Los básicos de Antonio Zaragoza
- 1. Ser bartender es: una pasión, un compromiso y una responsabilidad
- 2. Tu ingrediente favorito: todos, pero me gusta mucho jugar con verduras.
- 3. ¿Qué coctel eres hoy? Gibson martini, tiene presencia
- 4. Técnica favorita: milk punch o clarificación
- 5. Lo que más amas de tu trabajo: la empatía; el poder conocer a muchas personas; el poder compartir y vivir otro tipo de experiencias, personas, lugares. Leer un poquito la mente de las gente con base a sus cocteles. Y dar ese granito que cada uno podemos aportar.
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*Sigue a Antonio Zaragoza en
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